Calidad Obra Civil

Costes de la calidad en la construcción de obras.

La no calidad en la construcción de una obra (errores, defectos, repetición de trabajos, uso de materiales inadecuados,…) cuestan dinero, tiempo y pérdida de imagen en las empresas y los promotores de las obras. En el caso de que los promotores sean organismos públicos, al final también acaba repercutiendo en los contribuyentes.

Siguiendo una clasificación normalmente utilizada, podemos distinguir entre los siguientes:

Costes de calidad; que son aquellos en que incurre una empresa (organización) para evitar errores (costes de prevención) y realizar comprobaciones e inspecciones (coste de evaluación).

Costes de no calidad. Por costes de no calidad se entienden los costes en que incurre una empresa por los fallos cometidos, tanto si los descubre ella (fallos internos) como si los descubre el cliente (fallos externos).

Podemos denominar como “coste total de la calidad de una obra” a la diferencia entre el coste real de lo ejecutado (incluidos retrasos, repeticiones de trabajos) y el menor coste que hubiera tenido si no se hubieran producido ningún error o fallo.

Una de las actividades más importantes es la realización de replanteos. Ya que al ser la primera actividad que se realiza, un error en ella significa arrastrar el fallo al resto de actividades con lo que los costes de calidad aumentan notablemente.

El “coste total de la calidad de una obra” sería pues la suma de los siguientes cuatro tipos de coste:

Costes de prevención.

Que previenen la aparición de no conformidades respecto a los requisitos establecidos. Un ejemplo de este coste es la formación específica a impartir tanto a los responsables de calidad como al resto de los trabajadores.

Costes de evaluación.

Son los que se realizan para verificar la conformidad con los requisitos y especificaciones del proyecto. Un ejemplo de este coste sería el tiempo destinado tanto por el personal de calidad como por el personal de producción a realizar y documentar las inspecciones establecidas.

Costes por fallos internos.

Son los detectados por la propia organización durante la ejecución de la obra. Un ejemplo es la pérdida de tiempo (dinero en definitiva) por tener que repetir una actividad (un replanteo por ejemplo) y toda la posterior repercusión que tiene sobre la planificación inicial de obra.

Costes por fallos externos.

Son los detectados por el cliente una vez que se la ha entregado la obra. Son los más importantes, dado que suponen una pérdida de imagen y confianza con el cliente y un mayor gasto económico, ya que hay que movilizar recursos (humanos y materiales) que en la mayoría de los casos ya no se encuentran disponibles en la zona donde se realizó la obra.

Cualquier actividad por insignificante que pueda parecer a primera vista, puede originar importantes costes de calidad. Por ejemplo unas barras de acero no atadas o mal atadas puede hacer que se muevan en mitad del hormigonado impidiendo el uso de los vibradores con lo que estaríamos ante un problema serio.

Todos los costes relacionados con la calidad dentro de la ejecución de una obra no se pueden cuantificar. Identificar muchos de ellos es muy dificultoso. Además, los sistemas de contabilidad no están diseñados para identificar muchos de los costes de calidad y de no calidad.

Muchas empresas constructoras y de ingeniería son muy sensibles al coste total de la obra, y por el contrario no son conscientes del alto porcentaje que representa el coste total de la calidad dentro de ese coste global de la obra.

 

 

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