En muchas ocasiones, la Calidad en las obras se convierte en una herramienta cuya única finalidad es la de mantener o conseguir unos determinados sellos o certificados que a la hora de acudir a las licitaciones o concursos se supone dan un plus para una empresa u organización.
Durante la ejecución de la obra se presupone que hay unos medios destinados a hacer cumplir los criterios de Calidad establecidos.
Para gestionar adecuadamente la Calidad dentro de una Obra lo primero es definir los objetivos que se quieren alcanzar, aparte obviamente de la construcción de la obra propiamente dicha.
En principio se pueden plantear tres objetivos generales que se pueden establecer para una Obra: control de gasto, control de plazo de ejecución y durabilidad de lo ejecutado.
Como orientar la Calidad hacia la consecución de cada uno de estos objetivos.
1.- Control de gasto.
La primera premisa para que la Calidad colabore a controlar el gasto y cumplir con el presupuesto establecido, es aplicar un Sistema de Calidad que englobe la Obra desde el comienzo, es decir desde la redacción del Proyecto. Si el Proyecto no está redactado y supervisado con unos ciertos criterios tiene muchas posibilidades de que la obra acabe sufriendo la temida “triada” de la obra civil, es decir Modificado, Complementario y Liquidación. Se debe exigir un Sistema de Calidad que supervise la redacción del Proyecto y su viabilidad sobre los terrenos en los que se va a ejecutar.La otra manera de controlar el gasto, es garantizar que las cosas se realizan una vez. Una y bien. Para eso el Sistema de Calidad debe centrarse en la revisión del Proyecto y en las planificaciones de Obra además de los controles habituales: inspecciones, control materiales, control proveedores, etc.
2.- Control de plazo.
En determinadas obras el factor de plazo más importante es el plazo de ejecución. En este caso, se debe optar por un Sistema de Calidad simplificado que basado en los propios datos y parámetros obtenidos en otras obras permite realizar la ejecución de la Obra de una manera rápida pero sin pérdida de Calidad. El uso de simulaciones y su análisis es especialmente útil en estos casos, en los que no hay margen para hacer las cosas dos veces. Escoger subcontratistas y proveedores contrastados con rendimientos y plazos de entrega conocidos de otras obras. Sustitución de las fichas de inspección por tablas de inspección. Estos son algunos ejemplos para orientar la Calidad al control de plazo.
3.- Durabilidad de lo ejecutado.
En otras ocasiones, el factor determinante es la durabilidad de una obra. Un ejemplo sería los habituales refuerzos de firme, o reparaciones y mejoras de las redes saneamiento, abastecimiento, etc, de la calle o paseo principal de una ciudad. Estas obras ocasionan un gran perjuicio a la ciudad por lo que es imprescindible que los trabajos se hagan con la mayor Calidad posible para garantizar la durabilidad y evitar nuevas actuaciones. En estos casos la Calidad se debe orientar a garantizar el uso de materiales y equipos contrastados. Los materiales nos garantizaran la durabilidad de lo ejecutado y los equipos aparte de evitar pérdidas de tiempo por averías nos garantizarán que los trabajos se desarrollan conforme a lo esperado de ellos. Se tiene que planificar los ensayos en función de la importancia de cada unidad de obra y aumentar el número con respecto al Pliego o plantear el uso de otros ensayos. Otra opción es aumentar el número de contrastes que realiza el control externo. En cuanto a las inspecciones habría que realizar un planteamiento en el que haya inspecciones cruzadas, es decir que haya más de un responsable del control de una determinada unidad, para evitar arrastre de errores desde el principio.
En conclusión, lo principal es tener claro los objetivos que se quieren lograr en una determinada actuación, y en función de eso adaptar el Plan de Calidad hacia la consecución de esos objetivos.